Una fábrica de ladrillo oscuro construida hace dos siglos; niños jugando en la plaza mientras sus padres los vigilan; gente que inunda las calles hasta que se pone el sol; una farmacia familiar abierta des de 1896; un bar lleno de gente donde sólo el repiqueteo de las monedas contra los platillos de metal logran sobresalir del barullo ambiental… ¿Quién diría que esta descripción corresponde a uno de los barrios de Barcelona?
Fotografías: Carolina Alvarez Borrell